Un día cualquiera

La gaviota supervisa la limpieza de los aparejos por si algún pescado se escondió entre las redes. Los chavales, sin cole, observan a sus mayores. Las barcas, secas, se dejan ver por las casas que se asoman al puerto.
Quince años han pasado desde que tomé esta foto pero representa la misma escena que las postales de los años sesenta que se vendían en los estancos; probablemente la misma escena que esté sucediendo mientras escribo estas palabras.
A Guarda (Pontevedra). Agosto de 1989