Rojo y blanco
Toda la ciudad cambia de color. No sólo la gente viste de rojo y blanco, los escaparates mudan sus muestras, los balcones se encrespan, los coches se tiñen, los anuncios se diseñan en rojo y blanco y la alegría inunda las calles. La fiesta se adueña de las personas que beben, cantan, ríen, aman... y, especialmente, saludan a cualquier desconocido que lleve una cámara; eso sí "Me mandarás la foto ¿verdad?".
Pamplona tras el chupinazo de 2003
Pamplona tras el chupinazo de 2003
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