
...haber amanecido gato y acurrucarme en la axila de mi dueña después de haberle mullido el pijama con las patas delanteras. Y cuando ella se despertara, entreabrir los ojillos para mirar los suyos y ponerme panza arriba para que me acariciase la barriga y en el momento en que me estuviera rascando, hacerme una pelota sobre su mano y lamerle los dedos con mi áspera lengua.
Hoy quisiera haber amanecido gato y quedarme toda la mañana durmiendo sobre una nube de cojines y, a medio día, cuando el sol de invierno calienta a través de los cristales, caminar despacio hasta la ventana y volver a tumbarme junto al alféizar.
Hoy quisiera haber amanecido gato.
Ibiza. Septiembre de 2001