Como antes
En las calles de mi infancia también hay patios con tejado de uralita bajo el que tender los días nublados. Los patios de mi infancia también tienen macetas acumuladas sobre un gastado suelo de cemento mal rematado y paredes deslucidas por años de lluvias y pocos cuidados. Las calles de mi infancia permanecen en el recuerdo de un barrio madrileño de extrarradio cuando los inmigrantes procedían de Ávila o de Cáceres y acudían, igual que ahora, cargados de miseria y esperanza. A veces, caminando por el mundo, encuentro calles como las de mi infancia.
SEIXAL (Portugal). Octubre de 2004
SEIXAL (Portugal). Octubre de 2004