Otro tiempo
Tan cerca de la capital y tan lejos. A pesar del continuo tráfico de transbordadores que une Lisboa con Seixal, este pequeño pueblo portugués vive en otro tiempo, respira otro aroma y late a su propio ritmo. El aroma de las brasas y las sardinas que se asan en ellas se confunde en las calles con el de las sábanas recién tendidas. Unas sábanas que también pertenecen al pasado, a un tiempo en que no se reponía la ropa hasta que los zurzidos no predominaban sobre los estampados, como la pintura de la fachada que las sostiene.
SEIXAL (Portugal). Octubre de 2004
SEIXAL (Portugal). Octubre de 2004
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